La primeras estimaciones de la contracción en este cuarto se colocaban en el 3.5 por ciento, pero las cifras finales superaron esas expectativas.
Notimex
Washington; 29 de abril de 2020.- El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 4.8 por ciento en el primer cuarto del año, de acuerdo al Buró de Análisis Económico del Departamento de Comercio, uno de los primeros indicadores de la crisis del COVID-19.
La primeras estimaciones de la contracción en este cuarto se colocaban en el 3.5 por ciento, pero las cifras finales superaron esas expectativas.
El dato sin embargo llegó sin afectar a los principales índices de la bolsa de Nueva York, que avanzaba con ganancias de hasta dos por ciento en sus indicadores centrales.
De acuerdo a analistas, los inversionistas se encuentran optimistas por datos de que se avanza en la obtención de una vacuna contra el responsable de la actual pandemia, el coronavirus 2019-nCoV.
Aunque la información trimestral puede resultar incompleta, de acuerdo al propio Departamento del Comercio, muestra la baja en el consumo de bienes y servicios, así como a productos “no esenciales”.
Tan solo en el último cuarto del 2019 el país creció 2.1 por ciento del PIB, por lo que la cifra de los primeros tres meses de este 2020 representa un fuerte impacto en el ritmo regular de la economía.
El monto de las compras domésticas incrementó 1.6 por ciento, como en alimentos y energía, pero hubo reducción de los gastos personales, caída en la compra de autos, turismo -tanto de entrada como de salida- así como importación y exportación, en uno de los golpes más fuertes a la economía.
Esta es la primera caída en el primer cuarto desde 2014, cuando se contrajo 1.1 por ciento el mercado y el nivel más bajo desde el cuarto cuarto del año en el 2008, el año de la recesión económica más importante en los últimos años, donde se registró una caída del 8.4 por ciento, de acuerdo con la cadena CNBC.
Esta contracción tiene relación a la baja de producción, en diferentes sectores, derivado de las medidas de seguridad para mitigar el coronavirus, que por su alta posibilidad de contagio y el impacto en el sistema de salud se ha optado por preferir que los ciudadanos no salgan de casa, tanto en Estados Unidos como en gran parte del mundo.
