López Obrador, que se declara izquierdista, atribuye su postura a la doctrina Estrada, una política histórica de México que consiste en respetar la autodeterminación de los pueblos y no intervenir en la política de otros países.
Agencias
Primero fueron los países latinoamericanos y europeos. Luego Turquía, el papa y se sumó China. Pero el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mantiene su inamovible negativa a reconocer por ahora la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de Estados Unidos.
“Nosotros no podemos hacer un reconocimiento de ningún tipo a un gobierno que todavía no está legal y legítimamente constituido”, afirmó.
Mientras el otro vecino norteamericano, Canadá, ya se ha puesto en contacto con Biden para trabajar juntos, López Obrador pide esperar a que se aclaren las acusaciones de fraude que ha lanzado sin pruebas el presidente saliente, Donald Trump.
El jueves hablaron por teléfono Biden y el papa Francisco, y este viernes el Gobierno de China felicitó al demócrata, que ya suma 290 votos electorales de los 270 necesarios para ser investido presidente.
Entre los pocos que no lo han reconocido están México, Corea del Norte, Rusia y Brasil.
“De Corea del Norte te lo puedes esperar. (Jair) Bolsonaro y (Vladimir) Putin se pueden dar el lujo. Pero el caso de México, siendo el principal socio comercial de Estados Unidos, solo se puede entender como un error”, dijo el experto en relaciones internacionales José Enrique Sevilla.
Supuesta política de no intervención
López Obrador, que se declara izquierdista, atribuye su postura a la doctrina Estrada, una política histórica de México que consiste en respetar la autodeterminación de los pueblos y no intervenir en la política de otros países.
Pero muchos le han señalado que México ha intervenido activamente en la crisis de Bolivia, pues refugió el año pasado a Evo Morales y no dudó en felicitar la victoria de Luis Arce el mes pasado sin haber concluido el recuento electoral.
“Felicitar al presidente electo no es necesariamente intervenir. Rehusarse a hacerlo sí es intervencionismo porque estás dando legitimidad a los reclamos sin fundamento de Trump“, opinó Sevilla.
Cabe destacar que, contra todo pronóstico y a pesar de los insultos del estadounidense contra México y los migrantes, López Obrador y Trump, han mantenido hasta ahora una buena sintonía porque ambos se ven como gobernantes “anti-establishment”.
Eso ha permitido a México sortear algunas amenazas de Washington, por lo que algunos creen que la prudencia de López Obrador busca evitar nuevos ataques durante las semanas que quedan de presidencia de Trump.
“No me parece que se sustente mucho. Trump tiene muchas otras cosas en la cabeza antes que desquitarse con México”, expresó Sevilla, quien cree que la postura del presidente se explica por la enconada disputa que tiene con la oposición mexicana más que por la política exterior.
“No quiere reconocer de momento a Biden para no dar la razón a la oposición y a la prensa crítica que se lo pide”, dijo.
¿Malestar de Biden?
Pudiera parecer que la relación entre el Gobierno de López Obrador y la Administración de Biden comienza con mal pie. Y de ello dependerán importantes políticas migratorias, comerciales y de combate al narcotráfico.
Según algunos medios, Biden intentó ponerse en contacto con López Obrador pero este se negó, y la Embajada de México en Washington emitió una polémica aclaración en la que tachaba al demócrata de “presunto presidente electo”.
Sin embargo, Gricha Raether, representante del Partido Demócrata en México, dijo a Efe que Biden “no entrará en revanchismos infantiles y tratará a México con la dignidad que se merece”.
“Respetamos la prerrogativa de cualquier país de decidir el momento correcto de felicitar. El Gobierno de China, segundo socio de Estados Unidos, se tomó su tiempo y hoy expresó su reconocimiento. Nos dará mucho gusto cuando lo haga México”, expresó.
Aunque López Obrador ha pedido esperar a que las autoridades estadounidenses anuncien el ganador de la elección, Raether dijo que “la declaratoria ya está hecha” porque en ese país cada uno de los estados se encarga de declarar el ganador.
El próximo 14 de diciembre, los representantes ante el Colegio Electoral acudirán a Washington para emitir su voto, donde Biden ya tiene garantizada la victoria.
Según analistas, se espera una relación más institucional entre López Obrador y Biden, quienes se conocieron en un viaje del entonces vicepresidente de Estados Unidos a la Ciudad de México en 2012, que la que ha habido con el impredecible Trump.
Para el representante demócrata en México, la supuesta amistad de López Obrador y Trump ha sido “una falacia” porque detrás estaban las amenazas arancelarias de Washington para que México tuviera una política migratoria más restrictiva.
Biden “va a quitar esta espada de la cabeza”, concluyó.