Las autoridades del estado de Querétaro, por impulsar el enoturismo, dejan de lado la tradición chichimeca-otomí en el pueblo mágico de Bernal y sus alrededores, derivando en la marginación de las comunidades indígenas de la zona, dijo la activista Teresa Roldán.
Domingo Valdez
Querétaro, Querétaro; a 10 de enero del 2020.- Las autoridades del estado de Querétaro, por impulsar el enoturismo, dejan de lado la tradición chichimeca-otomí en el pueblo mágico de Bernal y sus alrededores, derivando en la marginación de las comunidades indígenas de la zona, dijo la activista Teresa Roldán.
La Secretaría de Turismo de Querétaro impulsa la llamada Ruta del Queso y del Vino, abarcando los municipios de Tequisquiapan, San Juan del Río, Ezequiel Montes y El Marqués, donde los principales beneficiados son los empresarios vitivinicultores.
Teresa Roldán explicó que en la zona se genera, por esta razón, una gentrificación, dejando de lado la educación y la inversión para apoyar a los grupos vulnerables, pues la Ruta del Queso y del Vino sólo beneficia a las inversionistas, al atraer el comercio y el turismo a los sitios productores de vinos.
La marginación que padecen orilla a los habitantes de las comunidades indígenas a dejar sus costumbres ancestrales, para dedicarse a otras actividades que no tienen nada que ver con su tradición.