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Prometen acabar con la pobreza en el campo mexicano, con un nuevo concepto: «acompañamiento técnico»

México aportó al mundo más de 200 especies de plantas nativas, entre cereales, hortalizas, frutas, medicinales y productos industriales.

Redacción

México; 24 de septiembre de 2020.- El campo mexicano está inmerso en un “callejón sin salida” en materia de productividad de granos básicos y oleaginosas; enfrenta condiciones adversas de climas en la región centro-norte, y abundancia de lluvias hasta inundaciones extraordinarias en el sur-sureste, lo mismo que en el resto de las vertientes del Golfo de México y el Pacífico, las cuales son bañadas por lluvias derivadas de un promedio anual de 34 tormentas tropicales y huracanes.

Si bien no todos descargan su fuerza descomunal de vientos, sí provocan lluvias en ocasiones torrenciales. Estos fenómenos pueden causar graves daños a la agricultura y la ganadería en caso de entrar a territorios afectados, entre ellos México.

Para efectos de planeación de actividades productivas en el campo, es necesario tener presente que en el país se practican dos tipos de agricultura: la de temporal, que comprende una superficie de 14 millones de hectáreas en su mayor parte sembradas en primavera-verano, y de riego, con alrededor de 6 millones de hectáreas, en alto porcentaje cultivadas durante el ciclo de otoño-invierno de cada año. Solamente de maíz, se cultivan promedio al año 8 millones de hectáreas, de las cuales 15 por ciento son de riego.

Como premisa, hay que señalar que el comportamiento del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el sector agropecuario, forestal y pesquero, en los dos primeros años, la estrategia ha estado “para el arrastre”. Desmantelamiento de la estructura de todas las dependencias, en particular las de Agricultura y Desarrollo Rural y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, ya no digamos el esquema financiero. Éste, si bien sigue con su estructura burocrática, no cuenta con presupuesto para acreditar a los sectores agrícola, ganadero, forestal y pesquero.

Consideramos que, si algunas dependencias del gobierno federal tienen la intención de emprender nuevos programas y acciones a favor del campo, no es el mejor momento para ponerlo en marcha, sobre todo debido a la pandemia y a la escasez de recursos. No hay dinero identificado para llevar a la práctica los apoyos que necesita el campo, ni para inversión ni para gasto corriente.

Sin embargo, hace unos días, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria y Productividad, de la SADER, de nombre Víctor Suárez Carrera –aprovechando que su titular Víctor Villalobos (ya en recuperación) luchaba con el Covid-19—resaltó en una ‘conferencia virtual’ en el marco del ciclo denominado Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, “el cambio del extensionismo obsoleto asociado al paternalismo, por el de ‘acompañamiento técnico’”. Esto suena muy bien, si se tratara de países europeos o de Estados Unidos o Canadá, donde el uso de tecnologías es uniforme y sus gobiernos subsidian de manera generosa a sus productores.